viernes, 27 de marzo de 2009

CITA INICIAL

Porque mi ser necesita,
para seguir su camino,
algún cambio en el destino
bajo el que llora y se agita.
¡Una pasión infinita,
y que cumpliendo mi anhelo
algo que acabe mi duelo,
al abatir mi amargura
me deje el alma tan pura
como un pedazo de cielo...!

RUBÉN MARTÍNEZ

POEMAS

Cada beso de los amantes
abre puertas cerradas.

Ayer se escondían,
hoy navegan con las velas henchidas.
Sobre las olas de luz en el barco van
y son el azul que desea, los amantes.

Los amantes, cantan, bailan,
ríen, lloran, viven mundos
donde el caos es unidad,
el grito se vuelve melodía,
la guerra paz y armonía el sueño.

Hasta que los besos de los amantes
rompen las fronteras antes establecidas.

Las miradas se encuentran fuera de los tiempos.
Un ciclo se cierra.
Un roce, el corazón encendido...







PRIMAVERA

A Antonio Maldonado


Al borde del abismo
sopla un recuerdo gélido
y siento escarcha en mis huesos
y algo que se me oxida
hasta el delirio de los sentidos.

Sueño en volver a soñar
ese minuto de tiempos
que es esencia de las cosas.
Sueño el amor que perdona
este abismo que no existe.

Y mi viento lleva las semillas
que me alimentan de silencio
para dar plantas nuevas.






















EL CAMINANTE

A Paco Sánchez


Piso los campos.
Soy las olas del mar.
No encuentro fronteras,
sólo un infinito abierto.
Duermo en el horizonte.
Y en soledad curo las heridas
del puro navegar mío
en que perdí timón y velas
dentro de una mano llena de tempestades.

No puedo ya combatir.
Pues ya soy, página a página,
el libro que escribiendo voy
con las riquezas de espíritu.

Puedo ver la luz
porque ya no sé de tinieblas.
Soy horizonte, un día claro,
mariposas en el prado, rosas;
soy los tiempos de empezar.

















YO, CABO DE GATA



Entre sueño y razón,
lucidez y locura,
paseo, desnudo,
mi conciencia imaginada.

Al sur,
donde blando e insistencia
son olas, viento o sol,
o sea, nada, poema.























EL CABO DE GATA
(Acuarela del natural)

A Pepe Sumariva


Los últimos días de esperanza seca.
Nubes doradas. Aire húmedo.
La tierra sedienta de suelo.

Empieza a llover. Lloro.
Todo yo, cada piedra, se hace agua.
Un manto verde en el aire.
Una gaviota.

Sobre el acantilado soy abismo,
libre, parte del todo en la nada.
Soy botas para volver a imaginar,
soy mochila y la mano que empuña
un aire turquesa.




















EL EGO

Más sé de la piedra
por duro haber sido,
por las vueltas dadas
y elogiar el residuo.


































EL TIEMPO

Yo me atrapo en pies de barro
si en cada tiempo niego mi existencia.
No soy un pasar
ni invento las horas de lo iluso.


































LOS CAMPOS DE TRIGO

Se quiebran en la sequedad del estío.
Las mieses y el dolor que hierve.

Una lluvia danza gris y blanco
y acaricia al germen dormido.

El rocío y una suave espera
te quieren para mecerte,
para besarte y alentar tu seno.
Nacerás espiga de cálida tarde
o anhelo, o serás amapola.



























HALLAZGO

El silencio,
decir infinito.




































EL HAMBRE

Se me va la claridad entre las manos
igual que a la noche se le cae el silencio
cuando intuye la nueva luz del día.



































Nunca labro la vida con muerte
y gano libertad. No me callo.
Hay senderos plagados de una gloria
como destinos, como si en la memoria
un fin nunca estuviera escrito.

Entonces, acierto a ver la realidad,
y el revés, una y otra vez.
































EL DUENDE

Mis campos solos tras el olvido.

Al atardecer,
viejos olivos, y anhelos y pedregales
son mi amor que siempre habita,
eterno, la unidad.

Ando y ando y ando
lo que parece abandono.
Me llamo pan
y mi nombre es alegría o vino.

Y me doy de sosiego y paz.

























PREPARANDO LA ACTITUD PARA LA SIEMBRA

A Puri


Es mi tiempo de recibir la semilla:
Trabajo con ilusión, estoy fresco y me llueve.

Mi siembra es hoy, ahora,
soy una larga noche laboriosa
y asomo por la chimenea
mi estructura permeable
para esculpir las nuevas formas
que me definen y me habitan.


























Es mi riqueza ser realidad
sin razón, ni oscuro ni huida.

Yo amo.

Yo soy rico
en las palabras
que dicen
los que siempre hablan
cuando callan.






























LA DUDA A LA UNA Y MEDIA

Piso los charcos y salto para mojarme.
Me mira un árbol muy grande.
Un gato me mira.

Enseguida me hago asfalto
bajo un solitario paso de peatones
y una señal de tráfico
que guiña como si fuera la cómplice hora
de saltar en los charcos para mojarme.





























UN AMIGO

Al amigo desconocido


Aquí y allí.
En todos sitios.
Todos los días
y más allá.































LOS AMANTES

Decidimos nombrar
un solo instante del agua,
sin ausencia ni destino.

Y en lo liviano rendirnos
estando sin estar,
como cristales en la pacífica ventana
que nos separa de los ruidos.






























La tierra no sabe de heridas.
Recibe, bebe y da.

Luego, la labranza, generosa,
me tiende los besos de la mujer que amo,
de la que soy fruto y soy semilla.


































Caminar no es el camino,
no son tiempo los pasos del caminante.
Correr adelanta la nada
y velocidad, ruedas y sueño
son caudal de espejos,
ígneo hielo que desboca.


































Viajabas escondida
como libertad que me llegaba al encuentro.

Te paraste, tranquila,
a descansar de la nave y caminaste.

Luego, inventamos un sueño
para saber que no hay océano ni soñar.
































EL AROMA

Yo soy la intuición de enamorada mirada,
piel de beso en los brazos que acaricia
y el abrazo que es un mar en calma.

Yo soy el silencio en tus manos como viento
y, atardecer sediento como arena,
vuelo en este encuentro de nosotros dos
que al aire huele como rosa.






























Pero a veces me creo descalzo
y de efímeros pasos,
y busco cobijo en lo incierto
y me quiebro y vuelvo a empezar
como si ahora fuera antes
y nunca, siempre.


































SOLO

No olvido deshacerme de la memoria y del pasado
e ignoro esa lírica en el dolor y el placer.
Ya no se me oculta que antes de su fin
cada sueño vuelve a empezar
para seguir siendo esperado instante.

Ahora, yo callo y mis ojos hablan
habla mi sonrisa e ilumina mis labios.






























ME LIBERO

A Juan Clavero


A mi alrededor se alza la voz
que resuena a la libertad sabida
del otro lado de la orilla
donde me miro en las olas.

Es un canto que me eleva la memoria
hasta árbol que brilla al sol
y me hace un hombre sin opinión,
una nada que siembro y cultivo.

Por ello, me quiero para estar conmigo,
ni un instante de lo esfumado que dejo atrás
ni de la apariencia de presente que tengo aquí delante
porque ya quiero descansar del sueño.

A veces, canto con esa voz cada mañana,
cuando asoman los primeros gatos bajo mi ventana abierta
y, entre inciensos, vuelan gaviotas y una mariposa vuela
como transparente sonido de amanecer.

Y así, soy dueño de mares tranquilos,
como luz de viento, como olor a monte y a salitre,
porque ya no sueño como un río que desciende
sino que me nacen los días entre las espigas.

Entonces,
la forma que reclamo es la de una mano de muchas ramas
para verme árbol desnudo
cuando mi última palabra cae muy despacio.
Es amar de volcán que cubre de vida, que inunda de existencia
para amar, amar y volver a amar
para llegar a ser un hombre sol.



Y amo y soy feliz en mi estado único de felicidad,
montaña, ascua o como el mar,
y sigo adelante como flor porque el amor es mi tiempo.
Cada rumor o la nieve entre mis manos
son los paisajes que ahora soy yo
porque ya soy un hombre que vuelo quieto.

Es cuando comprendo esta tierra,
que un eterno recuerdo borra la memoria de las cosas
con dúctil humedad que me mantiene enamorado
de las leves mil mañanas entre mis ramas.
Y soy el todo, tanta quietud,
que mi mente flota ingrávida de almizcle
en la semilla de este lugar que tú ahora habitas.

Despacio, pues soy aire, soy roca,
campo y tierra labrada, soy lloro y soy canto.
Sin prisa, soy un creador
para vivirme porque soy mío.

Se han desvanecido los mundos y he aprendido.
Escucho la lluvia, siembro,
aprendo a vivir cada día, cada segundo,
y tengo abiertas las alas
para no cerrar jamás mi puerta
al benévolo parpadear de estrellas que son tus ojos.

Yo sólo vivo para la vida,
para saberme a mí mismo en una voz nueva
donde oigo para vivir siempre contigo.
Mi costumbre es abrir los brazos
y permitir el cambio porque yo soy lo que yo quiero ser
y, por ello, me he roto mil veces en sueños
para saber que mi propia historia es mi decisión de un segundo.






Pero acariciar el único instante de la creación
significa habitar el hoy que no tiene prisa,
unos nardos de silencio, una fragancia a beso de cuerpo,
a beso de alma, pues es necesario el beso para la inocencia.

Así, en ese fluir, donde cada ser es una llama de amapola,
el amor se hace mujer y se hace hombre
y, así, vive entre nosotros, con nosotros, en nosotros,
porque de nosotros lo esencial no puede ser alterado
y porque, simplemente, el amor es infinito.

CITA FINAL

He enterrado las decepciones muertas en el
cementerio del ayer. Ahora hundo el arado en el jardín
de la vida con nuevos esfuerzos.

Sembraré en él semillas de sabiduría, de salud,
de prosperidad y de felicidad, las regaré con la confianza
en mí mismo y la fe.

PARAMAHANSA YOGANANDA

EPÍLOGO

Y ahora sé que ayer nunca hubo.

La buena cosecha
da su fruto en mis tiempos,
de voluntad que afianza mi existencia
en el camino, en el cambio,
en la pasión que siembro
sobre un pedazo de cielo.

Un sol brilla donde ya había luz
y esa nueva claridad en lo claro
hace hermoso al viejo almendro,
olvidado, seco, retorcido, roto.

El croar incesante.
Un mochuelo sobre el almendro.
¿Séra ayer o fue mañana?

¿Qué es el tiempo, la vida,
si es imposible
en este atardecer la medida?